Jessica se abalanzó contra el
cristal de la entrada principal e intentó tener una mejor vista del interior
del centro comercial; pudo distinguir algunos locales de venta de ropa y una
juguetería al final del pasillo, extrañándose de que una luz de la tienda
estuviera encendida. Agitó las puertas un poco para asegurarse de que no
estuviesen abiertas; una vez liberada de toda duda, comenzó a ver a su
alrededor en busca de una entrada alternativa. Bordeó el lugar, pero no parecía
haber ventanas o puertas auxiliares por las que pudiera intentar entrar.
Así caminó hasta dar con una
serie de tiendas que daban tanto al interior como al exterior del centro
comercial. Una perfumería, cerrada; una tienda de teléfonos, cerrada; una
tienda deportiva, abierta. <<Parece que alguien olvidó cerrar su tienda
por completo>> pensó <<Puede que me meta en problemas por esto, per…>>
Jessica entró en la tienda y la exploró con precaución, buscando la puerta que
diera a los pasillos del centro comercial.
Había gran variedad de artículos
deportivos que iban desde tacos de fútbol hasta raquetas de tenis; desde
balones de básquet hasta trajes de lucha olímpica, pero nada de eso llamó la
atención de Jessica. Llegó a una sección de artículos de invierno, que a juzgar
por el letrero, estaban en oferta. Sin pensarlo mucho, buscó unos guantes para
proteger sus manos del frío. <<Son prácticamente un obsequio>> Se
dijo al ver lo poco que costaban por la oferta; tomó un par y se disponía a ponérselos cuando un repentino destello de luz proveniente
de un reflector la sobresaltó.
_ Eso fue raro.
Se acercó al lugar en donde
estaba el reflector (ahora fundido) y descubrió que su propósito era alumbrar
un set de artículos deportivos de invierno; tablas de snowboarding, esquís,
trineos, protecciones, etc. Jessica se detuvo a mirar con melancolía el set de
esquís, y la melancolía devino en exasperación; entonces, Jessica tomó el
reflector y lo aventó en dirección a los esquís, provocando que el set se
desmoronara y el cristal del reflector se quebrara.
Antes de salir de la tienda se
colocó los guantes que estaban en oferta, sacó algo de dinero de su mochila y
lo dejó sobre el mostrador de la tienda con la intención de pagarlos y remendar
el incidente del reflector; aunque no creyera que fuera suficiente para
pagarlo, quiso al menos dejar su intención.
Una vez pasada la conmoción,
Jessica ubicó la juguetería; no fue difícil, era la única tienda cercana que
tenía una luz encendida. Fue caminando que se dio cuenta de algo bastante
peculiar a su parecer: estaban lloviendo pequeños copos de nieve con la
ligereza de una pluma. << ¿De dónde viene toda esta nieve?>>. Miró
hacia el techo y su confusión se acrecentó en demasía al darse cuenta que el
centro comercial no contaba con traga luces o algo que pudiera de alguna manera
permitir la entrada a cualquier precipitación.
_ No es posible.
Siguió caminando, la nieve se extendía
en mayor medida por los bordes de las paredes, columnas y vitrinas que se
extendían por el pasillo. Incluso, a la distancia, se podía ver una zona
céntrica del centro comercial; escaleras mecánicas, bancas y una figura enorme
del tucán de pico colorido que Jessica vio en la entrada. Pero todo aquello
perdía algo de su color al estar cubiertas de nieve. Para ella era harto
extraño y difícil de concebir, pero por ahora concentraba su mente en lo que se
pudiera encontrar dentro de la juguetería que ahora se presentaba ante ella.
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