Segunda Nota - Los Elegidos


Casi nunca dejamos la Iglesia. Es muy peligroso estar fuera del alcance de nuestra fe, en cualquier momento podemos ser consumidos por la oscuridad y ser atrapados por el demonio. Pero ésta vez fue la excepción. Se requería que un pequeño grupo de la secta entregara una información valiosa a La Orden de Valtiel. No se nos permitía saber el contenido de dicha información, pero se sabía que era vital para dar un paso más al cumplimiento del ritual de La Mujer Sagrada.

Por lo general, en la Iglesia había un grupo de exploradores que salían al exterior preparados con trajes especiales que los aislaban del aire impuro y protegían de las aberraciones que asechaban los alrededores. Pero el trayecto era largo y no podíamos permitirnos el lujo de perder todo un escuadrón en la entrega de una información que seguramente llegaría tarde o temprano de igual manera a La Orden; sea por nuestra secta, o ya sea por los miembros de La Madre Sagrada (Quienes gozaban de muy buena reputación entre los seguidores de Valtiel).


Se solicitaron voluntarios para ésta travesía. Nadie quiso dar un paso adelante y más porque sólo uno de los exploradores, conocido por el nombre de Daark Angel, se atrevió a dar la cara por la causa. Nadie puede culparlos. Si aquellos que experimentados están, han sido consumidos por el miedo ante ésta petición... ¿Qué se puede esperar de unas simples ovejas del rebaño que nunca han visto el exterior?

_ ¿Acaso nadie más goza de la valentía necesaria para servirle a Dios?

Preguntó Richard Henry, quien encabezaría la procesión.

_ Si Dios valora nuestras vidas y nos ama como predican, ustedes, los nuestros grandes maestros _ Intervine, hermanos, porque así lo creí necesario _ Tenemos el derecho entonces, Padre Henry, de saber aquello por lo que afuera otorgaremos nuestras vidas. 

Hubo murmullos entre las personas y una mirada fría por parte del Padre Henry. Él se acercó a mi y levantó su mano para incitar silencio entre los susurrantes de la iglesia.

_ Si cuestionas la fe que nos ha mantenido a salvo durante tanto tiempo, quizá deberías ver una prueba de su poder con tus propios ojos. Tended vuestra mano al servicio de Dios y serás recompensado con el cielo, el paraíso y el orden. Lo que llevamos aquí es más que un trozo de papel con tinta... llevamos la salvación de los nuestros, la salida de éste infierno. Pero el demonio no puede saberlo, y por lo tanto secreto debemos mantener cada palabra inscrita en éste documento. ¿Eres una persona de fe, hermano mío?

_ Si lo que dice usted es cierto, Padre _ Dijo otro explorador desde la lejanía _ Entonces yo me ofrezco para protegerlo en su viaje.

_ ¡Decid vuestro nombre al Señor! para vanagloriarte de sus bendiciones.
_ Silver Torrez, Padre.

No sabía qué hacer, mi pregunta había generado conmoción entre las personas, pero el Padre Richard Henry era hábil y había ganado ya la convicción de dos exploradores. Las personas creían en él... pero algo dentro de mí sabía que ese papel ocultaba algo importante que era preferible que no supiéramos las ovejas. Era cuestión de tiempo antes de que el Padre me acusara de estar aliado con el demonio y se me quemara en una hoguera como un practicante de brujería.

_ Qué será entonces, hermano_ Ha preguntado el Padre Richard _ Has puesto en evidencia tu falta de fe, pero te ofrezco la oportunidad de comprobar que lo que digo es cierto.

"¿Lo ves?..."

Escuché de nuevo su voz en mi cabeza.

"Alessa era una buena niña"

Entonces lo entendí... si quería dar con la causa de mi demencia, debía salir de las paredes de la Iglesia Balkan y ver el mundo exterior, ver la realidad con mis ojos. Y como ha dicho el Padre Henry, debo probar la credibilidad de nuestra llamada "fe".

_ Iré...

El Padre sonrió, nos reunió antes de partir y pidió a todos los presentes que rezaran por nosotros. Por los servidores de Dios: Richard Henry, Daark Angel, Silver Torrez y yo nos encargaremos de llevar la información a La Orden de Valtiel sin temor o demora. 

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No tengas miedo... ella no te hará daño.

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